Brasil

Brasil es el país más grande del continente sudamericano y el 60% de su superficie es selva amazónica. Toda su costa, de 8.500 kilómetros, se baña en el Océano Atlántico. El norte del territorio brasileño lo atraviesa el río más largo del mundo: el Amazonas, que desemboca en el Océano Atlántico.

No existe una política sobre el sargazo en Brasil. Las costas brasileñas no son propensas a arribazones como pueden serlo otros territorios del Caribe. Sin embargo, científicos, residentes y profesionales de las costas del norte del país, en la área del estuario del Amazonas en el estado de Pará, han observado un aumento en la cantidad de sargazo desde 2019.

Algunos pescadores mencionan, por ejemplo, un alga parda que se enrosca en sus redes y les causa picor.

Desde 2011, pero más aún desde 2018 cuando empeoró el fenómeno, científicos de todo el mundo han estado investigando la cuestión de la proliferación y la circulación del sargazo en el Océano Atlántico. La teoría más popular en la comunidad científica está relacionada con el río Congo (uno de los más grandes del continente africano que también desemboca en el Atlántico) y al Amazonas.

Estos dos ríos transportan una inmensa cantidad de nutrientes (principalmente nitratos y fosfatos), consecuencia de la actividad minera, el cultivo intensivo y la deforestación. Estos nutrientes serían un factor importante en la proliferación del sargazo.

Las observaciones demuestran que la evolución del sargazo en el Océano Atlántico se corresponden con las corrientes marinas y los nutrientes transportados por los dos ríos mencionados. Las corrientes circulan desde las costas occidentales del continente africano hasta las costas del Caribe y el Golfo de México.